miércoles, 6 de febrero de 2013

Muerte entre flores

¿Qué novela o autor indicaría cómo punto de partida de este ‘subgénero’? ¿Qué antecedentes o influencias previas destacaría? Creo que todos nos remontamos a los clásicos británicos y norteamericanos. Arthur Conan Doyle o Agatha Christie viven con nosotros con la misma intensidad que antes. Lo mismo sucede con Dashiell Hammett o Raymond Chandler.
Es un ‘boom’ muy europeo, ¿coincide con un cierto declive de la novela negra americana? No lo creo. Estados Unidos mantiene un nivel de novela negra muy alto. Quizá sea que Europa ha encontrado una nueva fórmula de expresión que no estaba tan desarrollada en nuestra literatura por razones culturales, de prestigio, etc. 
¿Hay autores que hayan cambiado el campo por la ciudad o es más bien una ambientación llegada con una nueva generación de novelistas? El campo siempre ha atraído a los escritores de novela negra, sobre todo británicos, aunque la ciudad se ha llevado el protagonismo generalizado debido a una mentalidad más modernas, más actual y más cercana a los lectores. Parece como que los crímenes y las injusticias entroncan mejor en una gran masa de gente con un alto nivel de anonimato. Sin embargo, los nórdicos han puesto de nuevo de moda las zonas poco habitadas. Quizá porque sus países son así.
¿Dónde cree que radica el éxito? Pienso que el éxito está en la combinación de un desafío intelectual con la intriga y en conjugarlo con una necesidad de conocer los entresijos de la sociedad. Se aprende más sobre la sociedad pasada o actual en la novela negra que en un ensayo de sociología.
¿Resisten los géneros mejor la crisis? ¿Es más fiel el lector de género? Sí, sin duda. Los géneros facilitan la venta de los libros porque simplifican su búsqueda en las librerías y ofrecen fórmulas conocidas al lector. Eso le da seguridad. En el caso del género negro, además tiene lectores muy fieles a los que les gusta seguir los avances de sus protagonistas a lo largo de muchos títulos.
¿Qué convenciones de género conserva? ¿Cuáles altera? La gracia consiste en evolucionar el género sin desnaturalizarlo. En mi caso con Las flores de Baudelaire sirve de excusa para poder avanzar en una trama que de otra manera no sería tan fácil de abordar y para mostrar con toda crudeza una sociedad que se aprovecha de la primera guerra mundial.
¿Es la huida de la ciudad un reacción a la crisis, tanto económica como de valores? La expansión de la novela negra, al margen de que se ambiente en la ciudad o en el campo, es una reacción de hartazgo ante las mentiras, la corrupción, la impunidad que estamos viviendo Los lectores buscan análisis de la situación y castigo para los infractores, todo ello aderezado de intriga. Y la ficción está siendo más clarividente y resolutiva que la realidad.
¿Hay diferencias en el género según las nacionalidades de los autores? Pienso que cada cultura tiene su tipo de novela negra. Además, cada escritor es muy diferente. En cualquier caso, se puede notar que hay estilos más reflexivos, otros con más acción. En algunos sitios encantan los asesinos en serie, en otro no. En fin, para todos los gustos.
¿Cuáles serían en ese caso las ‘señas’ de las novelas españolas? No hemos tenido una gran tradición en este género porque la situación política no lo permitía. Para que haya novela negra tiene que haber libertad de expresión y capacidad de autocrítica. Desde la democracia se observa una aumento de autores que ha pretendido reflejar los cambios sociales que se han producido en España de una manera muy realista, poniendo en entredicho a las instituciones, al poder económico, etc.
¿Existe crítica social en estas obras? Sí, claro.
¿Es más inquietante un crimen cuando sucede en un entorno rural o directamente paradisíaco? El crimen siempre es impactante cuando sucede cerca de nuestra realidad porque pensamos que nos podría haber sucedidos a nosotros, aunque también atrae lo desconocido. Nos gusta descubrir otros países, otras realidades.
¿Cuál sería el perfil psicológico de los nuevos protagonistas? ¿Han perdido los detectives ese aire cínico? Hay de todo. En cualquier caso el estereotipo suele ser: personajes cínicos, escépticos, con una vida poco ortodoxa, que investigan por dinero, que no se dejan corromper por el sistema. El paisaje, la cultura, los puede hacer más aburridos o menos, más humanos o menos, con familia o solos, etc.
¿Han desaparecido, de hecho, los detectives privados? Los investigares son ahora policías que cumplen con la legalidad, no beben, no fuman. No. Hay policías, expolicías, detectives profesionales o amateurs, marinos, rabinos… La lista es imparable.
¿El mayor protagonismo de la mujer tanto en entre las autoras como entre los protagonistas modifica en algo el género? No, lo adecúa a los tiempos. La mujer tiene mayor peso en la sociedad y eso se refleja en la novela. Además, hay muchas más escritoras. Por ejemplo, hoy en día hay escritoras como Susana Hernández en cuyas novelas una de las policías es lesbiana.
Y la víctima, ¿qué relevancia tiene? ¿Es el motor de la trama o una excusa para retratar a otros personajes? Depende. En mi caso es una excusa, pero con mucha simbología. No es una víctima cualquiera.
Y el asesino: ¿quién mata y por qué en estas novelas? Es la gran incógnita. ¿Qué tiene que pasar por la mente de una persona para que mate de forma planificada? Es una cuestión que nos preocupa como seres humanos. Hemos luchado durante siglos contra el hecho de matar y sigue ocurriendo. Y no todos son personas desequilibradas. La mayoría son como nosotros, con las que nos rodeamos, pero que un día deciden pasar al otro lado de la civilización.
¿Se presta más atención a la investigación propiamente dicha o se busca más indagar en la psicología de los personajes? En mi caso prefiero la psicología de los personajes, comenzando por el detective fotógrafo y acabando con la “psicología” de la propia ciudad. Este es un punto nada desdeñable, entender el comportamiento de una ciudad.
¿Qué títulos cree que sobrevivirán a la moda? ¿Qué grandes detectives o grandes villanos legarán estas novelas? Difícil decirlo. Serán unos pocos. Aquellos que sepan reflejar mejor los valores universales del género negro.


Nota: Entrevista realizada a Gonzalo Garrido para el reportaje de novela negra de Territorios.

2 comentarios:

  1. Gracias por traernos diversidad en el mundo literario y no caer sencillamente sólo en Best Sellers.
    Saludos del equipo de Cultura en 10
    http://culturaen10.blogspot.com

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  2. Me sobresalté briosamente con ésta frase: «combinación de un desafío intelectual con la intriga y en conjugarlo con una necesidad de conocer los entresijos de la sociedad».
    Una forma exquisita para hacer literatura.
    Respecto al análisis psicológico de las sociedades, totalmente acuerdo con usted. Tarea nada desdeñable. Asimismo, generadora de tendencias transformistas de la misma sociedad. A la cual me gusta más llamarla «comunidad». Pues, a mi entender, reúne virtudes propias al afecto humano, al prójimo.
    Ojalá se logre algún día a nivela mundial. Todos somos humanos.
    Cordial saludo.

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