miércoles, 21 de septiembre de 2011

Oficio editor, de Mario Muchnik

Uno tiene la sensación de que Mario Muchnik no es una persona fácil. No sólo por lo que dice en su libro-memoria sobre el oficio editor (sin preposición), sino por su trayectoria errática llena de momentos majestuosos junto con sonados fracasos, donde lo personal y profesional se mezclan de manera inextricable (los intereses propios no siempre están bien definidos y alineados con los intereses de las empresas que lo contratan). O por su ajuste de cuentas con un conjunto de personas de su pasado editorial, incluido el intocable Juan Cruz. 
Es más, diría que ser editado por Muchnik no habrá sido nada fácil para los autores dada su forma de leer los manuscritos. 
Pero vayamos al contenido. Oficio editor es un alegato en favor de una profesión noble pero no exenta de miserias. Así, Muchnik repasa sus vicisitudes en el mundo editorial desde sus inicios con Robert Laffont en París hasta la época Del Taller de Mario Muchnik y la llegada del libro electrónico. Y lo hace analizando las particularidades técnicas del oficio y la relación con autores como Elias Canetti, Primo Levi, Julio Cortázar, Augusto Monterroso o Montero Glez.  
Es por tanto un libro de cabecera para muchos de los jóvenes editores que están en esta guerra, y lo es también para bastantes de los escritores en ciernes que creen que se van a comer el mundo. 



Oficio editor
Mario Muchnik
Editorial El Aleph
Págs. 336

1 comentario:

  1. Honestamente, este libro es un buen ejemplo de lo que propone el título de su blog: literatura basura.
    Sí, es divertido, incluso con chispa, pero no deja de ser un ajuste de cuentas bastante miserable como miserables fueron algunos editores con los que se cruzó --o eso nos da a entender a lo largo del libro--.
    ¿Que el libro puede ser de ayuda a jóvenes editores?. Desde luego, para un joven editor es bueno leerlo todo, pero dudo que algunos métodos de los que alardea el autor sean útiles para alguien que comienza, mientras que en la extensa obra de Martínez de Sousa, o en manuales --con menos pretensiones pero francamente buenos-- como el de Manuel Pimentel, encontrarán una buena ayuda para comenzar esta senda difícil.

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