lunes, 7 de noviembre de 2011

Confesiones de una editora poco mentirosa, de Esther Tusquets

Las editoriales son un mundo aparte [como a estas alturas ya sabíamos]. Esther Tusquets en su libro Confesiones de una editora poco mentirosa lo demuestra. Sus inicios en LUMEN fueron azarosos. Se hicieron cargo de una editorial familiar dedicada a libros religiosos para evolucionar hacia una editorial de ficción. Las anécdotas con otros editores (Carlos Barral, Jorge Herralde, etc), con escritores como Vargas Llosa, Ana María Moix, Delibes, Cela, o con [mi amiga] la agente literaria Carmen Balcells pueden hacer la delicia a los que nos interesa este mundillo.
Muy aleccionadoras sus impresiones sobre su visión del editor y de los autores noveles. Afirma "me gustaba por encima de todo, claro está, elegir títulos y descubrir autores (existe un momento sublime en la vida del editor, que se produce, como los grandes amores, pocas veces, y que no guarda relación alguna con el aspecto comercial, porque ningún editor genuino, ningún editor de raza, piensa entonces en los ejemplares que va a vender, y es aquel momento en que abres, acaso por azar, el original de un perfecto desconocido y te encuentras ante una obra importante...)". [Emocionante].
En resumen, un libro ágil que describe un oficio, una época y unos personajes que ya son historia.

Nota: Por cierto, ¿hay algún editor o escritor que no sea mentiroso?

Confesiones de una escritora poco mentirosa
Esther Tusquets
Editorial Rquel
Págs. 195

3 comentarios:

  1. "aquel momento en que abres, acaso por azar, el original de un perfecto desconocido y te encuentras ante una obra importante..."

    ¿Y no la publicas porque no se va a vender?
    ¿Y le metes la cuchara para dejar tu impronta y justificar tu sueldo?
    ¿Y le cortas cincuenta páginas para que salga económica la edición?

    Qué momento tan emotivo. Se me llenan los ojos de lágrimas.

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  2. Sinceramente dudo que exista un escritor que no mienta y un editor que no lo haga también. La mentira es el caldo de cultivo de la ficción.
    Saludos

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  3. Cierto. Qué haríamos sin la mentira! Saludos

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