jueves, 10 de marzo de 2011

Panes con peces

El otro día me estuvieron comparando panes con peces. El tema venía de lejos. Mi interlocutor, un joven brillante, comparaba dos productos que nada tenían que ver entre sí, aunque él pensaba lo contrario. Su comparación era muy básica. Su ignorancia técnica hacía que analizase los productos desde un subjetivismo aterrador. Los aspectos objetivos –los mensurables– los desconocía.
Era como si habláramos de coches y comparase un BMW con un Seat. Ambos –lógicamente vehículos– son de distinta gama y responden a distintas expectativas. Ambos sirven para el transporte, pero la calidad, potencia, seguridad, comodidad, etc., son diferentes. Ambos cuestan dinero, pero el precio es distinto.
El problema es gordo porque se está dando en todos los órdenes profesionales. Existe un alejamiento entre teoría y realidad que va a causar muchos problemas.
Las razones pueden ser varias, aunque destacaría una: la educación. Parece que la formación se ha alejado demasiado de la realidad profesional. Existe toda una generación de jóvenes que sabe mucho, aunque desconoce lo que maneja. De hecho, no han visto una empresa en su vida –no digo que hayan gestionado porque sería pedir demasiado–.
Estos jóvenes están, teóricamente, muy preparados para gestionar sus puestos, pero no han pisado nunca un taller, no han encendido una máquina, no han hecho un pedido, no han evaluado a un proveedor, no han coordinado un equipo, no han negociado con un cliente y, sin embargo, adquieren responsabilidades basadas en cualificaciones universitarias que presuponen eso.
La responsabilidad es de la administración –compuesta por funcionarios que, en su gran mayoría, nunca han pisado una empresa y, por supuesto, no tienen ninguna intención de hacerlo–; de las agrupaciones empresariales –formadas en su mayoría por empresarios fracasados que buscaron cobijo en estructuras burocráticas–; y de la universidad –compuestas por catedráticos y profesores centrados en la especulación teórica más que en la aplicación práctica porque, entre otras cosas, es más fácil de manejar que la realidad–.
En definitiva, queda un largo recorrido por hacer para que los panes sean panes y los peces, peces. Al menos en Europa.

1 comentario:

  1. Increíble,....y yo que pensé que esto sólo ocurría en Sud América......

    ResponderEliminar