Qué queda de la lectura de un libro? Qué nos evoca con el transcurso del tiempo? No resulta fácil decirlo. A veces una impresión vaga, una frase, un personaje, una situación. Hace un tiempo leí una reflexión de Luis Goytisolo que quiero reproducir aquí:
"Cuando evocamos una de esas lecturas que en su momento supuso un hito en nuestra vida, aunque en el presente no recordemos con exactitud el argumento, lo que viene a nuestra memoria es lo que yo llamo el suprarrelato. Se trata de una cualidad que se manifiesta en determinadas obras (sólo en unas pocas) y constituye uno de los rasgos más extraños de la creación literaria. El suprarrelato reside en el relato sin que por ello deba ser confundido con la trama o argumento, ni tampoco con lo que suele entenderse por contenido. Se trata más bien de un resplandor que emana del relato y que, más que la lectura, ilumina al lector, la vida del lector, con la persistencia de la luz de una estrella ya extinguida. Es consustancial a la expresión verbal, por lo que, al ser interiorizado, hace de la lectura una experiencia personalizada, distinta en cada lector".
Bien por Goytisolo.
Hermosísimo comentario. Seguramente, en términos más físicos, y en función de la memoria de cada cual, uno recuerda apenas la trama, casi nada de los nombres, poco de los personajes, pero sí recuerda el aura, el sentimiento que uno vivió cuando leyó aquel libro. Eso ocurre poco, y debo decir, que sobre todo en la literatura clásica: La Regenta, Los hermanos Karamazov, El Conde de Montecristo, Rayuela, Convesación en la Catedral...Uno recuerda la impresión, el vértigo de sentir que en ese libro hay algo muy potente, algo que resuena después de decenas de años o de siglos, y que no es otra cosa que el resultado del filtro de miles, millones de lectores que generación tras generación, se han ido recomendando el libro, y ha hecho que se reedite. Este proceso misterioso de paso del testigo es libre, no condicionado por editores ni publicidad. Los Codigos da Vinci no aguantan cinco años de recomendaciones de lector a lector.
ResponderEliminarEl libro electrónico puede deparar sorpresas en este procedimiento de difusión de libros merecedores de ser leídos, al poder acelerarse la velocidad del "boca a oido" histórico por el correo electrónico que recomiende su lectura a muchas personas a la vez.
Los libros que causan esa impresión suelen tener un lugar relevante en las estanterías. De hecho, sus lomos suelen estar manoseados y desprenden un aroma especial.
ResponderEliminarYo tengo una memoria pésima para lo leído, cosa que siempre me ha parecido que no deja de ser una ventaja, dado que me permite releer algunos libros con frecuencia y disfrutarlos casi tanto como la primera vez. Pero lo que hace que desee releerlos es precisamente ese aura, esa sensación magnífica que persiste dentro de mí, como la sensación de que algo brilla con mucha fuerza...
ResponderEliminarEl concepto de suprarelato de Goytisolo me parece muy revelador, algo que te ilumina la mente y que queda almacenado en la casilla de recuerdos agradables. Saludos
ResponderEliminarbuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
ResponderEliminarLa economía de palabras en narrativa suele ser una virtud. Saludos
ResponderEliminarHola! Una pregunta por favor: que diferencia hay entre el efecto literatura y la estrategia de lectura?
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