lunes, 19 de septiembre de 2011

Todo está perdonado, de Rafael Reig

Lo bueno de las transiciones democráticas es que nunca acaban. Excelente ejemplo lo tenemos con Rafael Reig que ha dedicado su último libro a ajustar cuentas con aquellos que pasaron de puntillas del lado franquista a la democracia en nuestro país. Y lo hace, después de 35 años, con todo su desenfado y con ese espíritu macarra que le caracteriza y que le convierte en un autor entrañable. Lo único malo de Roig es que le gusta el fútbol y a los que lo odiamos nos fuerza sufrir con esa pesadez que sólo Javier Marías soporta y aplaude. Pero se lo perdonamos porque su atrevimiento narrativo con un Madrid inundado ("se halla dividida por una espina dorsal, el Canal Castellana, ese oscuro río que fue un bulevar ruidoso") ofrece una perspectiva ingeniosa y contundente de la evolución de nuestra sociedad.
Como dice su contraportada, Laura Gamazo, hija de un próspero empresario, muere por envenenamiento el día de su boda en el Ritz. Su padre recurre a Antonio Menéndez, agente de inteligencia retirado y protegido suyo, para que aclare el caso con la colaboración del detective Carlos Clot. Menéndez sabe que Laura es la última descendiente de una familia poderosa que conoce bien, y no puede evitar hacer el recuento de setenta años de historia reciente: desde el abuelo de Laura, marqués de Morcuera, que forjó su círculo de amigos en las cárceles republicanas, en plena guerra civil, hasta sus nietos hijos de la Transición.
El asunto de la muerte de Laura es la excusa para reconstruir la historia familiar de los Gamazo y su transformación, una evolución que no gusta al autor y a la que ataca con toda su artillería narrativa –que es mucha– para poner en evidencia las trampas, las falsedades de los vencedores ("que Perico se fuera colocando en el mundo de los partidos clandestinos era una inversión de futuro") a los que todo está perdonado. Y lo ejecuta con desmesura corrosiva –como con el tema de los envases de hostias consagradas–, de una manera algo confusa en sus inicios, pero con dosis de ternura, sobre todo cuando describe al detective Clot que asume todo tipo de ultrajes.
En definitiva, un libro ambicioso, atrevido, brillante, gamberro que acerca al autor unos peldaños a Thomas Pynchon.

Todo está perdonado
Rafael Reig
Editorial Tusquets
Págs. 367

2 comentarios:

  1. Donde dice Roig debiera decir Reig (pero bueno Todo está perdondado. Hablando de fútbol Roig quizá venga al caso). El libro es recomendable, ilustrativo, mordaz, combativo, singular y original. Ahí es nada. Reig hace uso del lenguaje con una capacidad plástica envidiable. El fútbol o que Madrid sea navegable es lo de menos, casi tanto como esa historia de serie negra que resulta irrelevante, pues lo que condiciona es el contexto, el pasado y el presente. El tributo que Reig rinde a Olmos en el capítulo dedicado al talento de Nacho, donde dicho sea de paso aparece un tal Alberto Olmos al que desnudan y del quizá abuse otros jóvenes no es sino una coña marinera a cuenta de Olmos y su tendencia a poner siempre de rondón algo que tenga que ver con las violaciones, estupros, pedofilias y demás.
    Acabo de leer Lo que no está escrito y funciona a la perfección como libro de suspense del que en breve entiendo que hagan una películas, pues además de literatura el libro está empapado de cine.

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  2. A mí me ha parecido una novela desigual: brillante en ocasiones, haciendo alarde de un dominio técnico que hace realmente disfrutar, entrañable y empocionante en otras, cuando describe los ambientes de la clase trabajadora en los años del franquismo o la lucha de los mineros de La Camocha, por ejemplo. Pero previsible y hasta plúmbea enotros momentos, sobre todo en lo que tiene que ver con la pseudo- investigación detectivesca. O deslavazada, como me parece que ocurre con la figura del personaje -narrador y sus cuitas, quizá porque es un personaje desdoblado con el del detective Clot, y no era tan necesario hacelo. Pero bueno, admitiré quehe pasado un buen rato, eso no se lo voy a negar al señor Reig. Y siempre es de agradecer, sea "literatura-basura" o no.

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